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Revista de la Facultad de Ingeniería, Año 7, Número 1
            Cabe  destacar,  que  del mismo modo  que  sucede  en  el mundo  empresarial,  sucede
            con el diseño y la planificación de la boda. Resulta vital definir los eslabones de la
            cadena,  los  roles  que  cumplirán  cada  uno  de  ellos  y  la  forma  en  la  que  deben
            interactuar.
            ¿Cómo será el evento? ¿Qué instancias tendrá? ¿Quiénes serán los proveedores? ¿Qué
            resultado esperan los novios?
            No podemos olvidar que el foco debe ser en el cliente, la expectativa que éste genera
            y la experiencia resultante que obtendrá. Por lo que el diseño de la red, las tareas y
            futuras  acciones,  deben  ser  pensadas,  desarrolladas  y  ejecutadas  por  y  para
            satisfacer a ese cliente.


            Contratación de proveedores y compras
            Anteriormente  mencionaba  una  frase  de  M.  Porter  acerca  de  la  competitividad
            empresarial del mundo actual, donde el economista hace referencia a la importancia
            de  la  buena  gestión  de  la  cadena  de  suministros.  Uno  de  los  aspectos  claves  y
            diferenciales para tener una cadena competitiva, es la selección de proveedores y la
            instancia de compras, ya que actualmente resulta difícil competir por precio, por lo
            que la optimización de costos es realmente un factor que marca la rentabilidad del
            negocio.
            Dicho esto, debemos considerar que el concepto de “proveedor” ha cambiado con el
            paso del tiempo y hoy el foco está en buscar socios estratégicos que estén alineados
            a  los  objetivos  del  negocio,  nuevamente  e  insisto,  con  foco  en  el  cliente.  Las
            relaciones actualmente son de mayor alcance y más duraderas, donde lo que prima es
            el  conocimiento,  la  compatibilidad  entre  empresas  y  el  servicio  que pueda  brindar.
            Construir las relaciones comerciales lleva tiempo, y que se derriben es muy fácil, por
            lo que debemos cuidarlas y desarrollarlas.
            Esto último aplica del mismo modo para la contratación de los distintos proveedores
            para llevar a cabo una boda. Todos y cada uno de ellos son igual de importantes, por
            lo que la selección no debe ser tomada a la ligera. El salón del evento, el decorador,
            el  cátering  que  dará  el  servicio  a  los  invitados,  el  fotógrafo  (¡fundamental  para
            registrar los lindos momentos!), el “DJ” que mantendrá a los invitados entretenidos en
            la pista de baile y un sinfín de proveedores que deben estar coordinados en perfecta
            armonía para que el evento se desarrolle sin problemas.

            El  foco  debe  estar  en  el  cliente  (en  este  caso  los  novios),  por  lo  que  todas  las
            decisiones deben ser consideradas pensando en el resultado final a ser obtenido.

            Una vez definidos los proveedores comienza la instancia de compras, en la que un
            mal cálculo o mala gestión puede ocasionar desajustes en el presupuesto y, por ende,
            comprometer la ejecución del evento.

            El abastecimiento, almacenaje y la gestión del stock
            Incluso  alguien  que  no  conozca  de  logística,  habrá  escuchado  en  más  de  una
            oportunidad la palabra “stock”. Y es que esta palabra no es ni más ni menos, que un
            conjunto  de  mercaderías  que  están  almacenadas,  esperando  a  ser  vendidas.  Es  un
            concepto que a grandes rasgos y por su definición, parece muy sencillo, pero que la
            gestión  a  nivel  operativo  resulta  de  gran  complejidad  por  el  impacto  que  puede
            generar (tanto a favor o en contra, según cómo se gestione).
            Los  consumidores  actualmente  (y  me  incluyo),  son  cada  vez  más  exigentes  y
            demandantes en cuanto a la velocidad en la que pretenden hacerse de un producto.
            La  urgencia  y  la  inmediatez  ya  no  son  percepciones,  sino  que  son  factores  de  la
            realidad que pautan el comportamiento del mercado.




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